Antes de congelar la verdura debes blanquearla o escaldarla para neutralizar la actividad de las enzimas y retrasar su deterioro.

Pon una cazuela con agua al fuego y cuando esté hirviendo coloca la verdura en un colador y sumérgelo en el agua. Después, agrega zumo de limón o vinagre
para evitar que pierda su color. Las verduras deberán estar más o menos
tiempo en el agua de cocción dependiendo de su tipo y tamaño.
Cuando estén listas, pásalas por agua fría y escúrrelas bien. Guárdalas en bolsas cerradas herméticamente y etiquétalas.
Si sigues estos pasos, las verduras estarán totalmente listas para ser
congeladas y te asegurarás tenerlas en perfectas condiciones para el
momento en que las necesites.
¡Jamás congeles
verduras calientes! Siempre
espera a que los alimentos se enfríen para continuar con los pasos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario