FUENTE: MEDLINE PLUS
Los titulares
siguen poniendo la mirada en los tres casos de ébola que hay en
Dallas. Pero los especialistas en salud mental dicen que un miedo
exagerado es una amenaza mucho mayor para los estadounidenses.
El Presidente Barack Obama designó el viernes a un
"zar" del ébola para que supervise la respuesta
estadounidense al virus, que ha infectado a dos enfermeras en Dallas
que cuidaban a un hombre liberiano que falleció de ébola este mes
en el Hospital Presbiteriano de Texas.
Pero los casos en EE. UU. son minúsculos en el
contexto del brote de ébola en África occidental que se ha
concentrado en Guinea, Liberia y Sierra Leona y que hasta ahora ha
acabado con la vida de más de 4,500 personas, según la Organización
Mundial de la Salud.
Aun así, los expertos en salud mental
estadounidenses afirman que la combinación de una infección mortal,
la incertidumbre sobre cómo se contagiaron las enfermeras de Dallas
y la cobertura mediática continua podría preparar el terreno para
una ansiedad pública generalizada.
Los estadounidenses no han entrado todavía en estado
de pánico, dijo James Halpern, director del Instituto de Salud
Mental en los Desastres de la Universidad Estatal de Nueva York, en
New Paltz.
Pero la temporada de la gripe está empezando, y los
síntomas comunes (la fiebre, los dolores de cabeza y el dolor
muscular) podrían malinterpretarse si las personas están pensando
en el ébola.
"Si tenemos una mala temporada de gripe, eso
podría provocar un contagio emocional considerable", señaló
Halpern.
"No es el único virus contagioso", añadió.
En general, dijo Halpern, las personas tienen
dificultades al evaluar con precisión el riesgo personal, y la
reacción emocional puede exagerar los cálculos racionales. "Tenemos
más miedo de las serpientes que de los cigarrillos", señaló.
Y dado que la mayoría de las personas, de forma
comprensible, tienen un conocimiento limitado de las enfermedades
infecciosas, podrían ser particularmente susceptibles a creer
informaciones erróneas sobre los brotes de enfermedades, dijo George
Kapalka, profesor de asesoría psicológica en la Universidad de
Monmouth en West Long Beach, Nueva Jersey.
Halpern se mostró de acuerdo. En cualquier
acontecimiento preocupante, indicó, "va a haber mucha
información errónea y rumores circulando". Pero ante algo que
produce tanto miedo y es tan poco familiar como el ébola, las
personas podrían tener muchas dificultades para separar la realidad
de los rumores, señaló.
Y también está la cobertura mediática. "Pienso
que la reacción por parte de los medios de comunicación ha sido
demasiado exagerada", dijo Gerard Jacobs, director del Instituto
de Salud Mental en los Desastres de la Universidad de Dakota del Sur.
"La gripe es una amenaza mucho mayor para el
público estadounidense que el ébola", afirmó Jacobs.
Sugirió que si alguien se siente ansioso por el
ébola, que acuda a una fuente de información fiable, como los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.
UU. "Su preocupación principal es la salud del público
estadounidense", dijo Jacobs. "Son científicos, no
políticos".
Y Halpern añadió que "tener información
precisa puede ser un buen antídoto contra la ansiedad".
Pero una vez que averigüe cuáles son los hechos con
respecto al ébola, haga otra cosa. No es sensato, dijo Halpern,
pasar 24 horas viendo las noticias sobre el brote, o dedicar a ello
horas en internet, incluyendo los medios sociales, donde los rumores
se extienden de manera descontrolada.
Eso podría ser un consejo especialmente importante
para las personas que ya tienen una tendencia a la ansiedad, según
Kapalka. "Esos individuos pueden tener una repuesta de miedo más
intensa a lo que estén escuchando", dijo. "Sería prudente
que se autoimpusieran algunos límites con relación a las noticias
que ven".
Según los CDC, el ébola se propaga a través del
contacto directo con el virus. "Contacto directo" significa
que los fluidos corporales de una persona infectada (como la sangre,
la saliva o el vómito) han entrado en contacto con los ojos, la
nariz, la boca o la piel agrietada de otra persona.
Toser y estornudar no son síntomas comunes del
ébola, pero los CDC afirman que es posible que el virus pueda
transmitirse si la saliva o la mucosidad de una persona infectada
entran en contacto con los ojos, la boca o la nariz de otra persona.
La cuestión de fondo, enfatizan los CDC y otros
expertos, es que necesitaría entrar en contacto muy cercano con
alguien que presentara los síntomas del ébola para contagiarse.
Kapalka sugirió que, sabiendo eso, las personas sean
realistas. Es decir: ¿qué probabilidades tiene usted de entrar en
contacto cercano con alguien que pudiera tener el ébola?
Según Kapalka, en ese caso, "quizá pueda
decirse a sí mismo que su riesgo personal es tan bajo que no valga
la pena vivir con miedo".
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