A pesar de las advertencias realizadas por organizaciones y
personalidades sobre la peligrosa influencia y compra de voluntades en
la Asalmblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, el
gigante de los transgénicos ha logrado que la Ley de Semillas
(denominada ley Monsanto en Latinoamérica) sea tratada en el recinto.
Tras la desaparición física del Comandante Chávez (quien siempre se
opuso a los cultivos transgénicos en su tierra) los lobbies de la
alimentación parecen conseguir introducirse en el mercado venezolano con
la falsa promesa de solucionar los problemas de producción de alimentos
que experimenta Venezuela como consecuencia de su modelo rentista
petrolero y una guerra económica declarada por las propias empresas
nacionales e internacionales productoras y distribuidoras de alimentos
al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La Ley de Semillas encierra peligros y, de aprobarse, se estará
abriendo la puerta a Monsanto y sus ejércitos privados encubiertos como
científicos y técnicos en cooperación agroalimentaria como ocurriera
también en otros países: se sabe que Monsanto compró al ejército privado
estadounidense ex Blackwater, hoy Amesty (aunque fuera desmentido por
Monsanto) y que opera antes, durante y después de la invasión a un
determinado país.
El proyecto de Ley de Semillas o "Ley Monsanto", será presentado en
primera discusión este próximo 22 de octubre y tiene medidas como las
siguientes:
1. Reconocen los derechos de propiedad intelectual sobre la semilla:
(artículos 5 y 6) Este proyecto reconoce como valor al derecho de
propiedad intelectual, base fundamental para la privatización de la
semilla. Reconoce los derechos de obtentor: que están controlados por la
Unión de Protección de Obtentores Vegetales (UPOV) que permite los
derechos de exclusividad y cobro de regalías sobre las semillas para
investigadores y empresas. Es una forma de privatización de la
naturaleza que atenta contra la soberanía alimentaria.
2 Establecen fuertes regímenes de inspección, fiscalización y
supervisión para la semilla campesina y establece multas (artículos:
56,60, 74 y 75) a un conjunto de prácticas entre las cuales pueden
encontrarse las prácticas tradicionales de intercambio de semillas. La
fiscalización, inspección y multas que establece el proyecto de ley de
semillas a la semilla campesina criminalizan prácticas tradicionales de
intercambio de semillas, que son la base de la soberanía alimentaria.
3 Permite la legalización de semillas genéticamente modificadas
(transgénicos) a través de certificados de inocuidad biológica que puede
otorgar el Instituto Nacional de Semillas según establece el artículo
34. A pesar de que en su artículo 3 dice que se prohíben las semillas
transgénicas, deja abierta la puerta cuando dice que el Instituto
Nacional de Semillas puede otorgar Certificados De Inocuidad Biológica
para organismos genéticamente modificados, es decir transgénicos. En
ningún documento legal se habla de transgénicos, en términos legales se
usa el término organismos o semillas genéticamente modificados, esta
confusión genera un vació legal favorable para la legalización de las
semillas transgénicas
4 No define formas claras de participación popular ni controlaría
social. Sólo se reconoce al Instituto Nacional de Semillas como ente
rector, pero no se menciona nunca a las comunas ni el Poder Popular con
claridad y cual es su participación en todos los ámbitos que aborda la
ley.
Sin embargo, estas medidas tienen como objetivo encubierto la
ocupación de territorio mediante una supuesta "asistencia técnica" en
materia de agroindustria y biotecnologóa, método empleado por Monsanto
en la región para introducir a sus contratistas.
Fuente:http://bit.ly/Hfdylw.
No hay comentarios:
Publicar un comentario